lunes, 16 de septiembre de 2024

MUNDO MULTIPOLAR Y POSMODERNISMO

Alexander Dugin

Geopolitika.ru, 17/06/2017


1. El multipolarismo como una visión del futuro y de la tierra en la era posmoderna

El multipolarismo como un concepto innovador que rompe los esquemas

La teoría multipolar representa una dirección única que no puede ser calificada tan solo en términos de “progreso/conservadurismo”, “viejo/nuevo”, “desarrollo/estacionario”, etcétera. La visión unipolar y globalista de la historia muestra el proceso histórico como un movimiento lineal que va de lo peor a lo mejor, de lo subdesarrollado a lo desarrollado y así, consecutivamente. En este caso, la globalización es vista como el horizonte de un futuro universal y todo lo que impide la globalización es sencillamente visto como la inercia del pasado, el atavismo o el esfuerzo por preservar ciegamente el “statu quo” a cualquier costo. En virtud de tal precepto, el globalismo y “El mar de poder” también están tratando de interpretar el multipolarismo como una posición exclusivamente conservadora que se opone al “cambio inevitable”. Si la globalización es el posmodernismo (una sociedad global), el multipolarismo parece ser la resistencia al posmodernismo (que incluye elementos de lo moderno e incluso de lo pre-moderno).

Ciertamente es posible considerar algo bajo un punto de vista distinto y dejar a un lado el dogmatismo de un proceso lineal [1] o de un “proceso monótono” [2]. La idea de tiempo como una categoría sociológica de la filosofía del multipolarismo está basada en la interpretación del paradigma general del multipolarismo observado a través de un sistema absolutamente distinto.

El multipolarismo, a comparación de la unipolaridad y el globalismo, no es sólo un llamado a lo antiguo o a mantener todo como se encuentra. El multipolarismo no insiste en la preservación de los estados nacionales (el mundo westfaliano), ni en la restauración del modelo bipolar (el mundo de Yalta), y tampoco en congelar ese estado transicional en donde actualmente se encuentra posicionada la vida internacional. El multipolarismo es un vistazo al futuro (el que aún no es), un proyecto de organización de orden mundial bajo principios y elementos absolutamente nuevos y, por lo tanto, es una revisión importante de los axiomas ideológicos, filosóficos y sociológicos sobre los que descansa la modernidad.

El multipolarismo, así como la unipolaridad y la globalización, está orientado hacia la construcción de aquello que nunca ha sido, la tensión creativa del espíritu libre, la investigación filosófica y el esfuerzo por construir una sociedad mejor, más feliz, armoniosa, justa y absoluta. Sin embargo, lo distinto es que el carácter de esta sociedad, sus principios y valores, así como los métodos para construir sus cimientos, son vistos en forma radicalmente distinta cuando se los compara con la visión globalista. El multipolarismo ve el futuro como múltiple, variado, diferenciado, desigual y conservador de la amplia paleta de opciones de identificación propia, tanto individual como colectiva. También hay trasfondos de sociedades fronterizas que experimentan la influencia de distintas matrices de identificación. Esto es un ejemplo de la “floreciente complejidad” del mundo, en donde múltiples de ellos se combinan en una multiplicidad de tiempos, en donde una múltiple cantidad de actores colectivos e individuales se sumergen en un diálogo para así encontrar y, a veces, transformar su identidad a través del curso de esta conversación.

La cultura, la filosofía, la política, la economía y la tecnología occidentales son vistas en este mundo futuro como uno de tantos fenómenos locales que de ninguna forma la cultura, la filosofía, la política, la economía y la tecnología sobresaldrían de las sociedades asiáticas o incluso a las tribus arcaicas. Todo con lo que tratamos bajo la forma de diferentes etnias, personas, naciones y civilizaciones son variaciones equiparables de las “sociedades humanas” (“Menschliche Gesellscraft” [3]). Algunos de ellos están “desencantados” (M. Weber) y materialmente desarrollados, mientras que otros son pobres y planos, pero aún así “encantados” (M. Eliade), sagrados, y viven en armonía y equilibrio con su existencia ambiental. El multipolarismo acepta cualquier decisión que la sociedad haga, pero toda decisión se torna sensible sólo en el contexto del espacio y en un momento histórico; por lo tanto, permanece siendo local. A lo más que puede hacer por otros la cultura occidental, percibida como algo local, es ser una fuente de admiración y de deleitoso despertar, en vez de una afirmación de universalidad y separación del contexto histórico que se transforma en un simulacro, casi occidental, una caricatura y una cursilería. Hasta cierto punto, esto ya ha pasado con respecto a la influencia de la cultura americana sobre la europea, aun cuando todavía es fácil reconocer a Europa, sin embargo, esta Europa es hipertrófica, estéril y carente de la armonía interna y proporciones, del encanto y la tradición. Es una Europa del proyecto universalista que ha dejado de ser orgánica, asumiendo las características de un fenómeno complejo, paradójico, dramático, trágico, contradictorio y espacial.

El multipolarismo y el posmodernismo

Si hacemos referencia al pasado, fácilmente podremos encontrar que el mundo multipolar, el orden internacional basado en el principio del multipolarismo, nunca existió. Por lo tanto, el multipolarismo es un proyecto, un plan, una estrategia para el futuro y no mera inercia o resistencia inactiva a la globalización. El multipolarismo observa el futuro, pero lo ve en forma radicalmente distinta a como lo hacen los defensores de la unipolaridad, el universalismo y la globalización, éste lucha por traer a la vida su visión. Estas consideraciones demuestran que, de cierta forma, el multipolarismo es también posmodernismo (no el modernismo o pre-modernismo), que sólo difiere de las visiones posmodernistas del globalismo y la unipolaridad. Especialmente en este sentido, la filosofía multipolar está de acuerdo con que el actual orden mundial, y también el pasado (nacional o bipolar), es imperfecto y exige una alteración radical.

El mundo multipolar no es una afirmación del Segundo o Tercer Nomos de la Tierra de K. Schmitt, sino una lucha del Cuarto Nomos que debería entrar en el lugar del presente y del pasado. Asimismo, el multipolarismo no es un rechazo del posmodernismo, sino el establecimiento de uno radicalmente diferente a la versión sugerida por el globalismo y los defensores del mundo unipolar. Éste es diferente en relación a la versión dominante neoliberal y, en relación al antiglobalismo crítico y la posición alterglobalista, será basado en el mismo universalismo al igual que el neoliberalismo, pero sólo con el signo opuesto. Por lo tanto, el multipolarismo posmoderno representa algo completamente diferente al globalismo neoliberal moderno o premoderno, del imperialismo americanocéntrico unipolar, del antiglobalismo izquierdista o de las ideas alterglobalistas. Por ello, en el caso de la formalización del multipolarismo como ideología sistematizada, la conversación tiende precisamente a la “Cuarta teoría política”.

La idea multipolar reconoce que los estados nacionales no corresponden a los retos de la historia y, además, son apenas una fase de preparación para la globalización. Es por ello que apoya la integración de los procesos en regiones específicas, insistiendo así en que sus límites consideran las peculiaridades civilizadoras de las sociedades desarrolladas históricamente en estos territorios. Esto es una característica positiva del posmodernismo.

La idea multipolar rechaza las “grandes narrativas” (historias), el logocentrismo europeo, las rígidas jerarquías poderosas y un patriarcado normativo asumible. En lugar de esto, apoya el valor de las identidades locales, multifacéticas y asimétricas que reflejan el espíritu de cada cultura específica, sin importar cuál sea, por tan extraña o abominable les parezca al resto. Incluso esto es otra característica del posmodernismo. La idea multipolar rechaza el acercamiento mecánico a la realidad y la división de Descartes del sujeto y del objeto. Esto se hace por medio de la afirmación de la integridad, el holismo y el acercamiento integral al mundo, lo que es orgánico y equilibrado, basándose más en la “geometría de la naturaleza” (B. Mandelbrot), que en la “geometría de la máquina”. Esto da ecologismo al Mundo Multipolar, rechazo al concepto de “subyugación de la naturaleza” (F. Bacon), y transición a un “diálogo con la naturaleza”. Esto es incluso una mejor característica posmoderna.

El posmodernismo multipolar contra el posmodernismo (globalismo/antiglobalismo) unipolar.

Cuando la conversación tiende a medir las cosas en el mundo futuro, contradicciones importantes comienzan a surgir entre la teoría multipolar y el posmodernismo. El posmodernismo liberal y neomarxista opera con los conceptos básicos de “progreso” lineal e “individuo”, concebidos con el propósito de la “liberación del individuo” y, en la última etapa, con el propósito de la “liberación del individuo” y una transición al posmodernismo, ya sea un robot, un mutante, un rizoma o un clon. Además, es el principio de la individualidad el que consideran universal. Aquí, la idea multipolar diverge bruscamente de la principal línea del posmodernismo y propone a la sociedad, a la personalidad colectiva, a la conciencia colectiva (E. Durkheim) y al inconsciente colectivo (K. G. Jung), como el centro de las cosas. La sociedad es una base de la existencia; ésta crea individuos, personas, idiomas, culturas, economía, sistemas políticos, tiempo y espacio. En la idea multipolar no existe una sociedad única, ya que existen muchas, y todas son inconmensurables una con la otra. Un individuo se ha vuelto “la medida de las cosas” de forma absoluta y exitosa en sólo un tipo de sociedad (la europea occidental), y en todas las demás sociedades no ha sucedido ni sucederá. Se debe entender el derecho inalienable de cada sociedad de ser lo que quiere y de crear su realidad por sus propios medios, ya sea a través de la asignación de un valor superior a un individuo y a un hombre, o no, sin asignación alguna.

La misma idea está relacionada con el tema de “progreso”. Ya que el tiempo es un fenómeno social [4], está estructurado de forma distinta en cada sociedad. En algunas sociedades se ensimisma y crece en el papel del individuo en la historia, mientras que en otros no. Por lo tanto, no existe un factor determinante entre las sociedades que concierna a los conceptos de individualismo y post-humanidad. Es muy posible que el destino de Occidente continúe a través de las ya mencionadas direcciones, ya que este camino está conectado con la lógica de su historia. El acogimiento occidental del individualismo y del post-humanismo tiene el potencial de infligir daño colateral a otras sociedades y naciones como si estas ideas, de cierta forma, estuvieran ya presentes en su cultura, es como una regla mediante el reforzamiento de preceptos coloniales que son paradigmas reunidos para las mismas sociedades locales. Es este universalismo imperialista colonial de Occidente el principal reto de la idea multipolar. Mediante el uso de estos términos geopolíticos, se puede decir que el multipolarismo es la versión terrenal, continental y telurocrática del posmodernismo, en donde el globalismo (así como el antiglobalismo) es su mar y su versión talasocrática.

2. Teorías del multipolarismo y de la globalización

El multipolarismo en contraste con la política global

Ahora, desde la posición del multipolarismo, consideraremos las teorías básicas de la globalización y cómo se relacionan entre sí.

La teoría política mundial (J. Meyer, J. Boli, etc.) presume la creación de un estado global integrado, con el apoyo de los ciudadanos individuales, es la teoría que más se opone al multipolarismo y representa su antítesis formal. Es similar a las tesis del “Fin de la historia” (rápida o gradual) por F.Fukuyama, y a todos los demás proyectos globalistas rígidos y unipolares que describen un futuro deseable y probable que contradicen a la teoría multipolar. En este caso, entre el mulpolarismo y la teoría de la globalización, existe una relación de “más y menos”, de “blanco y negro”, etcétera. Como ejemplo, existe un antagonismo radical de ultimátums: ya sea “La política mundial” o el multipolarismo.

El multipolarismo y la cultura global (en defensa de la localización)

El caso de estudio de las relaciones es más difícil de dirigir con la teoría de la cultura mundial (R. Robertson) y con los conceptos “transformacionistas” (E. Giddens, etc.). Las valoraciones críticas de la globalización en el espíritu de S. Huntington pueden también ser mencionadas aquí. En estas teorías, se analiza el equilibrio de dos tendencias –universalización (globalismo puro) y localización (R. Robertson)- o la nueva apariencia de los contornos de la civilización (S. Huntington). Si la actitud de la teoría multipolar frente a la universalización es inequívocamente antagonista, un número de fenómenos que se manifiestan como efectos secundarios en el curso de la globalización pueden, contrariamente, ser valorados positivamente. El despertar del contexto sociopolítico de los estados nación en estas teorías es demostrado desde dos puntos: en parte sus funciones son transferidas a entidades globales, y en parte resultan estar en manos de alguno de los nuevos actores locales. Por otro lado, debido a la fragilidad y la perdición de los estados nación, factores civilizadores y religiosos asumen, incluso, una mayor importancia. Es el conjunto de estos fenómenos el que acompaña a la globalización y es la consecuencia del despertar del estado previo y de los modelos mundiales ideológicos que merecen atención positiva y se convierten en elementos de la teoría multipolar.

Los efectos secundarios de la globalización regresan a las sociedades a un contexto espacial específico y, ocasionalmente, religioso. Esto conduce al reforzamiento del papel de la identidad étnica, un aumento en la importancia del factor confesional y el aumento de la atención a las comunidades locales y a los problemas. Estos fenómenos, en resumen, pueden ser considerados como posiciones estratégicas del orden mundial multipolar que debe ser arreglado, acelerado y apoyado. Dentro de la “glocalización” descrita por Robertson, el multipolarismo está interesado en la “localización” al solidarizarse completamente con él. Robertson mismo cree que los procesos de “glocalización” no son predeterminados y pueden cambiar y trasladarse de un lado a otro. Al aceptar este análisis, quienes apoyan al mundo multipolar deben aplicar conscientemente sus esfuerzos para que así los procesos se muevan del lado “local” y que no coloquen un sobrepeso en el “global”.

Conclusiones multipolares

Desde el análisis de la Teoría de los sistemas mundiales

La teoría de los sistemas mundiales de I. Wallerstein es interesante para la teoría multipolar debido al factor que describe adecuadamente el algoritmo económico, político y sociológico de la globalización. El “sistema mundial” de Wallerstein representa la élite capitalista global como la reunión alrededor de “El núcleo”, incluso si sus representantes vienen de los países “periféricos”. “El mundo proletarizado” que gradualmente transita de una identidad nacional a una clase base (internacional) personifica la “periferia”, no sólo geográficamente sino socialmente. Los estados nación no son más que sitios en donde un único proceso mecánico ocurre. Esto es el enriquecimiento de las oligarquías, su integración en el “núcleo” supranacional (global) y el empobrecimiento de las masas, que gradualmente se entremezclan con la clase trabajadora de otras naciones durante el curso de los procesos migratorios. Desde el punto de vista de la teoría multipolar, este análisis no considera el factor cultural, civilizador o geopolítico.

El último es la indiferencia hacia el tema inherente del marxismo como un todo, el cual es el primero de todos en enfocarse en el cierre de los mecanismos económicos de la organización social. En el mundo de hoy en día, “El segundo mundo” (ejemplo: las formaciones de integración regional o “Los grandes espacios”) está situado entre “El núcleo” y “La periferia”. Bajo la lógica de I. Wallerstein, su existencia no cambia nada dentro de la estructura general del sistema mundial, y apenas representa un paso en dirección a la completa globalización – la integración de las élites en “El núcleo” y la “internacionalización de las masas” ocurren más rápido aquí que en el contexto de los estados nación. Sin embargo, bajo la lógica de la Teoría multipolar, la presencia de “El segundo mundo” lo cambia radicalmente. Entre las élites y las masas que existen en las distintas estructuras de integración dentro de los límites de “El segundo mundo”, puede surgir un modelo de relaciones además de la predicción liberal o marxista. S. Huntington lo llamó “modernización sin occidentalización” [5]. La esencia de este fenómeno es que mientras se obtiene una educación occidental y el dominio de las tecnologías occidentales, las elites de los países periféricos generalmente actúan de la siguiente forma: no se integran a la élite global, sino que regresan a su sociedad, confirman su socialización y su identidad colectiva a través de ella; por lo tanto el dominio de sus habilidades al servicio de sus propios países y, por consiguiente, no siguen al Occidente e incluso se le oponen. El factor de la identidad cultural (por lo general la religión), y la afiliación civilizacional resultan ser más fuerte que el algoritmo universal presentado en la tecnología de la modernización y del mismo medio que la engendró.

El proceso de la estratificación de sociedades y la occidentalización de las élites como es descrito por Wallerstein definitivamente ocurre, pero un proceso distinto también podría darse: “la modernización sin occidentalización”-. Junto con la integración regional, pero sin la integración global, estos procesos representan una tendencia que el mismo Wallerstein ignora, pero cuyo análisis, irónicamente, nos permite claramente ver y describir. Esto se vuelve un elemento muy importante y programa la tesis para la Teoría Multipolar.

En cuanto al horizonte global, actualmente todas las sociedades deben confrontar a la mayoría de las teorías de globalización de primera mano, y la teoría multipolar puede proponer los siguientes principios. La verdadera plenitud e integridad del mundo es objetablemente real, pero sólo puede ser adecuadamente percibida una vez que se elimina la banalidad del entorno que oscurece el entendimiento puro del mismo. Heidegger llamó a ésto “existencia auténtica del Dasein” [6]. Comprender al mundo como un todo sólo puede ser posible a través de la modificación de la existencia y no, a través de la acumulación de cada nueva información, expresión, reunión, conversación, información y conocimiento. De acuerdo con Heidegger, el hombre es impulsado a estudiar nuevos lugares y panoramas para escapar de la existencia genuina y este concepto es personificado en la figura de Das Man, es decir: en una forma de vida impersonal y abstracta, aunque concreta, que encuentra varios substitutos para reemplazar la verdadera experiencia de lo existente. Das Man, al tener una auténtica existencia, disuelve la concentración de su propia conciencia a través de la “curiosidad” y el “chisme”, dos de las varias formas de la inexistencia [7]. Entre más simples sean las comunicaciones en el mundo global, menos insensibles serán. Por lo tanto, la globalización de ninguna forma contribuye a la adquisición de la experiencia del mundo entero, sino al contrario, difiere de ello al dispersar la atención en infinitas series de rompecabezas sin sentido en donde las piezas no son atributos de la unificación del entero, en otras palabras, existen como fragmentos no relacionados de la existencia. El horizonte global no se alcanza en la globalización- se comprende en la profunda experiencia existencial del lugar.

Por lo tanto, distintas sociedades no colisionan en el horizonte global, pero con el reto del globalismo como una ideología y una práctica que ataca a toda sociedad y reta a todas las comunidades locales pueden encontrar un lugar en común al rechazar al enemigo que amenaza a toda persona y cultura sin discriminación. La Teoría Multipolar reconoce el universalismo de este reto, pero sostiene que debe ser rechazado universalmente para poder prevenir una catástrofe, desastre o tragedia próxima.

El horizonte del globalismo es concebido como algo que debe ser derrotado, superado y erradicado. Cada sociedad lo hará a su forma, pero la Teoría Multipolar sugiere la generalización, consolidación y coordinación de todas las formas de oposición al reto que representa la globalización. El rechazo al reto de la globalización debe ser igual a la magnitud de su dimensión, pero la estructura de este rechazo así como debe ser suficientemente maduro, independiente y posible, también debe ser multipolar y debe sugerir un proyecto claro y distintivo de lo que debe ocupar el lugar de la globalización.

3. Del veneno a la cura

Domando al tigre de la globalización: La red multipolar

La construcción del mundo multipolar exige el desarrollo de una actitud especial en todos los aspectos del proceso de globalización. Hemos visto que aunque el multipolarismo se opone a unipolaridad y a la globalización, la pregunta no es simplemente acerca del rechazo a todas las transformaciones que rodean la modernidad, sino acerca de la selección del formato multipolar para esas transformaciones, para influenciarlas y para guiar el proceso hacia el patrón visto como el más deseable y óptimo. Por lo tanto, en ciertas situaciones, la intención del multipolarismo no está tan dirigido a oponerse a la globalización, como a retomar la iniciativa y permitirle a los procesos seguir una nueva trayectoria y así transformar “el veneno en cura” (“domar al tigre” [9], para ocupar una expresión china tradicional). Tal estrategia repite la lógica de “modernización sin occidentalización”, pero en un nivel más general y sistemático. Algunas sociedades separadas en una cultura regional toman prestadas tecnologías occidentales para reforzarse a sí mismas y repeler la presión del Occidente en ciertos momentos. El multipolarismo sugiere comprender tal estrategia como un sistema que puede servir como un algoritmo general para la mayoría de las sociedades no occidentales.

Permítanos dar algunos ejemplos de tal reinterpretación de los aspectos separatistas del globalismo a través de la perspectiva multipolar, así como tomar la red y el espacio de la red del fenómeno. Por sí mismo, el fenómeno no es neutral, éste representa el resultado de una serie de transformaciones graduales en el entendimiento sociológico del espacio en un contexto del “Poder del Mar” siguiendo el camino de la disolución de medios de información mayores - desde el mar, atravesando el espacio aéreo, hasta la infoesfera. Junto con ello, la red representa una estructura que percibe la presencia de relaciones entre los elementos del sistema, de forma mecánica y no orgánica. La red puede ser construida entre elementos individuales separados que inicialmente no están conectados entre ellos y que no tienen una identidad colectiva en común. Conforme se va desarrollando, el fenómeno de red representa la posibilidad de sobrepasar a la humanidad e iniciar una era post-humana. Esto es debido a que el centro del hombre se vuelve cada vez más relativo (N. Luhmann, M. Castells, etc.) en el mayor sistema funcional de auto-organización como lo es la red. Desde este punto de vista, la red representa una realidad que es cardinalmente “el mar”, atlantistas, y globalistas.

En geopolítica clásica, podemos ver que las posiciones de la Tierra y el Mar están conectadas, no tanto por la presencia de un elemento u otro, sino por las conclusiones sociológicas, culturales, políticas y, sólo hasta entonces, estratégicas que distintas sociedades hacen de acuerdo con su contacto con el Mar. K. Schmitt enfatiza [10] que en lugar de estar creando un imperio global basado en la navegación, la sociedad española continúa preservando estrictamente su identidad basada en la tierra, la cual también se manifiesta particularmente en la organización de las colonias y en la diferencia entre los futuros destinos de América Latina y América Anglosajona. La presencia de la navegación desarrollada no necesariamente hace a un poder del mar en el sentido geopolítico. Además, el objetivo del poder de la tierra y, en particular, del corazón de la tierra (Heartland) es el obtener el acceso a mares, romper el bloque financiero en la parte de talasocracia y comenzar a competir con ella en su propio elemento.

La situación con el espacio de red es el mismo. El campo multipolar necesita dominar la estructura de los procesos de red y sus tecnologías, aprender las reglas y regulación del comportamiento de red y entonces ganar la posibilidad de lograr sus objetivos y metas en este nuevo elemento. El espacio de red abre nuevas posibilidades para actores más pequeños: después de todo, las ubicaciones de las corporaciones trasnacionales a gran nivel planetaria, un gran poder o un mínimo de dominio individual de habilidades de programación, de ninguna forma son diferentes unos de otros y, de cierta forma, parece que ocurren en condiciones similares. Lo mismo se puede decir de la redes sociales y los blogs. La globalización se inclina a que el código se difunda en una multitud de participantes que de una forma u otra los instalará en un contexto, cuyos parámetros básicos serán controlados por los dueños de servidores físicos, registros púbicos de nombres de dominio, proveedores y monopolistas de hardware. Sin embargo, en las teorías antiglobalistas de Negri y Hardt, hemos visto cómo las teorías de anarquismo de izquierda sugieren encerrar esta circunstancia según sus intereses mientras que se prepara la “rebelión de multitudes” [11]. Algo analógico puede ser también sugerido en el prospecto multipolar, pero la pregunta no está relacionada con conducir un sabotaje caótico de los planes globalistas a través del uso de las “multitudes”, sino con la construcción de civilizaciones de red virtual atadas a un lugar histórico y geográfico específico y en posesión de un código cultural en común. Una civilización virtual puede ser considerada una proyección de la civilización como en el medio de red, asumiendo que las líneas de fuerza y las percepciones de identificación que son dominantes en un medio cultural correspondiente están consolidadas ahí. Esto ya es usado por distintas fuerzas religiosas, étnicas y políticas que de ninguna forma son globalistas o antiglobalistas, y coordinan sus actividades y propagan sus puntos de vista e ideas con la ayuda de distintos instrumentos de internet.

Los dominios nacionales y el desarrollo de las comunicaciones de red en sistemas de lenguaje local son otra forma. Con la operación efectiva de este medio, se pude contribuir al reforzamiento de la identidad cultural de la juventud, ya que están predispuestos de forma natural al encanto de las nuevas tecnologías.

El ejemplo del “internet chino” (en donde el acceso es limitado, tanto legal como físicamente), de acuerdo con algunos expertos gubernamentales chinos, puede dañar la seguridad de la sociedad china. Al contrario, en el campo político, social y moral, este ejemplo demuestra que las medidas puramente restrictivas pueden también ejercer algún efecto positivo para el reforzamiento del multipolarismo.

La red global puede volverse multipolar, específicamente, en un agregado de “contenidos virtuales” independientes y no cruzados. Así, en lugar de una sola red aparte serían muchas redes, cada una con una expresión virtual de un espacio cualitativo específico. Todos juntos, estos continentes pueden ser integrados en una red multipolar común, diferenciada y moderada en términos del paradigma de red multipolar. Eventualmente, el contenido de lo que está en la red sería un reflejo de las estructuras del imaginario humano [12]. Si se actualizan estas estructuras en un modo multipolar (como aquellos que sólo tienen sentido en un espacio histórico cualitativo específico), no es difícil imaginar lo que internet (o su futuro análogo) podría se en un mundo multipolar.

En un nivel práctico, bajo las condiciones presentes, una red puede ya ser considerada como un medio de consolidación activo de medios sociales, personalidades y sociedades bajo la tutela de la promoción del multipolarismo, por ejemplo, la construcción de red multipolar gradual.

Guerras de red en el mundo multipolar

Las guerras de red son más que un fenómeno del periodo de globalización. Deberíamos de armarnos con la metodología de guerras de red- tanto en teoría como en su aplicación- en la construcción del Mundo multipolar. En este sentido, el Principio de red central adaptado durante la reorganización de las fuerzas armadas de la Federación Rusa representa una decisión absolutamente justificada, dirigida a reforzar las posiciones del centro de la tierra y aumentar el desempeño del ejército que constituye uno de los principales elementos de la configuración multipolar.

El principio central de redes de guerra tiene algunos aspectos principales y técnicos relacionados con ello. El equipamiento de unidades separadas del ejercito ruso con atributos de red (aparatos de rastreo, de comunicación de comunicación operativo, medios técnicos interactivos, etcétera) es un lado evidente del problema por si mismo y no exige ningún terreno geopolítico especial. Lo que es mucho más importante es considerar otro aspecto más común de la guerra de redes.

Una guerra de red, como parece serlo desde las acciones teóricas, se mueve constantemente en todas direcciones –contra enemigos, aliados y fuerzas neutrales. De la misma forma, para que las operaciones de red sean exitosas deben desarrollarse en todas direcciones y en la parte central (o en algunas partes centrales) de la construcción del mundo multipolar. Si asumimos que el actor que busca una guerra de red no es un estado, sino una entidad no-estado que ha determinado la creación del mundo multipolar como su objetivo (como la guerra de red que Estados Unidos ha elegido como blanco para establecer un mundo unipolar), veremos que librando esta guerra desde diferentes polos (por ejemplo desde Rusia, China, India, Irán, etcétera), creará interferencias y resonancias, además de multiplicar el refuerzo y efectividad de las estrategias de red. Al construir el mundo multipolar, cada polo está interesado en reforzar los otros polos, pero también en debilitar la hegemonía global de las superpotencias. Por consiguiente, una guerra de red declarada por el mundo multipolar puede representar una convergencia espontánea de esfuerzo con ramificaciones estructurales que pueden ser extremadamente efectivas. El reforzamiento de China es benéfico para Rusia, así como la seguridad de Irán es benéfica para India. La independencia de Paquistán de Estados Unidos posiblemente redunde sobre la situación en Afganistán y Asia central, entre otros lugares.

Al conducir redes, la información y el flujo de imagen que estén asociadas con la idea multipolar en todas y cada una de las direcciones, una guerra de red puede volverse extremadamente efectiva, así como el asegurar los intereses de un actor del mundo multipolar que automáticamente impulsa los intereses de otro. En este caso, la coordinación deberá sólo ocurrir en el nivel más alto – en el nivel de los representantes de los países en el círculo multipolar (como regla, estos son las cabezas de estado), donde el paradigma multipolar común será específicamente coordinado. Los procesos de la guerra de red traerán esta estrategia común a la vida diaria.

La segunda parte importante de la teoría de la “guerra de redes centrada” está en enfatizar el aumento de la sensibilidad hacia las condiciones iniciales. Estos factores iniciales que afectan el resultado final son el punto en el cual empiezan los posibles conflictos, la posición que otros países participantes toman y el medio de información que transmite el desarrollo de los conflictos. Por lo tanto, la prioridad a la que hay que ponerle mayor atención es a la preparación del medio - el local y el global. Si la correlación de fuerzas, un conteo de consecuencias de varios pasos tomados en el campo de la información y la preparación preliminar de la presentación de la imagen son hechos correctamente, pueden hacer imposible la situación de conflicto al persuadir al oponente potencial de la desesperanza de resistencia o de intensificación armada. Esto le concierne tanto a la guerra tradicional como a las guerras de información, en donde la lucha es librada por influencia sobre la opinión pública.

Consecuentemente, los países declaran su orientación hacia el multipolarismo y deben usar activamente las teorías y prácticas de operaciones de red centradas para sus intereses. Los teóricos de las guerras de redes consideran justamente que son un instrumento para librar una guerra en condiciones postmodernas. El multipolarismo acepta el reto de la época postmoderna y comienza la lucha por liderarla. Las operaciones de red centradas representan uno de los territorios más importantes para librar esta batalla.

El multipolarismo y la dialéctica del caos

Otro ejemplo en donde se puede encontrar otra estrategia de “transformar el veneno en cura” es en el fenómeno del caos. El caos figura aún más frecuentemente en los textos de geopolítica moderna y en las teorías de la globalización. Quienes proponen el acercamiento unipolar rígido (como S. Mann [14]) sugieren manipular el caos a favor de “El núcleo” (por ejemplo, EE.UU.). Los antigobalistas y los postmodernistas dan la bienvenida al caos en sentido literal- como una anarquía y desorden. Otros autores tratan de ver brotes de orden en realidad caótica.

El acercamiento multipolar trata el problema del caos de la siguiente manera:

Primero, el concepto mitológico del “caos” como una condición opuesta a “orden” es predominantemente un producto de la cultura griega (en otras palabras, la europea). Esta oposición está basada inicialmente sobre la exclusividad del orden, y subsecuentemente, mientras que la filosofía desarrolla y el orden es identificado con racionalidad, el caos se ha transformado completamente en un concepto puramente negativo, sinónimo de irracionalidad, oscuridad y tontería. Es posible un acercamiento al problema de otra forma, sin embargo, en un sentido menos exclusivo, en donde el caos se revelará a nosotros como una entidad que no está opuesta al orden, sino que precede su tensa expresión lógica. El caos no es sinsentido, sino una matriz desde donde es engendrada [15].

En la cultura europea occidental, el caos es una “mal” unívoco, pero este no es el caso en otras culturas. El multipolarismo rechaza considerar a la cultura europea occidental como universal, y por lo tanto, el caos mismo pierde su imagen negativa unívoca y el orden correlacionado con él como una imagen positiva. El multipolarismo no razona en términos de caos u orden, pero siempre exige explicaciones- qué es el caos, qué es el orden y qué sentido específicamente una cultura ocupa uno u otro término. Sabemos aproximadamente cómo la cultura occidental entiende el caos y el orden, pero ¿cómo lo hace la China, por ejemplo? Ciertamente, la idea de “tao” que es crucial para la filosofía china (“El camino”) es descrita en muchos textos en términos que sorprendentemente nos recuerdan las descripciones del caos. Por lo tanto, el acercamiento polar declara que el entendimiento del caos y del orden va de acuerdo a la civilización y de ninguna forma la concepción occidental es universal.

En primer lugar, los globalistas suelen entender “caos” en el sentido geopolítico como algo que no se correlaciona con sus percepciones de estructuras económicas y sociopolíticas ordenadas y que se opone al establecimiento de valores “universales” y subjetivos mundiales. En este caso, todo lo que tiene un valor para la construcción de un mundo multipolar, incluyendo la insistencia en las formas de identidad, consecuentemente argumenta para si misma las semillas del orden multipolar y aquellas caídas dentro de la clase del “caos”. En lo que respecta a este ejemplo, el “caos” apoya la construcción del mundo multipolar y es en donde sostiene su origen.

Finalmente, el caos, entendido como un desorden puro o procesos débiles espontáneamente organizados que surgen en una sociedad, también puede ser considerado desde la posición del multipolarismo. Cuando una situación caótica (conflicto, disturbio, colisión, etc.) surge de forma natural o artificial, es necesario aprender a controlarlo, por ejemplo dominar el arte de la moderación del caos. Estar en contra de las estructuras ordenadas por su propio valor, los procesos caóticos no se prestan a una lógica directamente, pero eso no quiere decir que carezcan completamente de ella. El caos tiene lógica, pero es más compleja y comprensiva que los algoritmos de los procesos no caóticos. Al mismo tiempo, permite la investigación científica y es estudiada activamente por los físicos y matemáticos modernos. Desde el punto de vista de la aplicación geopolítica, puede volverse uno de los instrumentos más efectivos para la construcción del mundo multipolar.

Alexander Dugin es exProfesor de la Universidad Estatal de Moscú, Doctor en Ciencias Política. Fundador de la Escuela Rusa Contemporánea de Geopolítica, líder del Movimiento eurasianista.

NOTAS:

[1] Alain de Benoist. Protiv liberalizma. SPb, 2009.

[2] Dugin A. Protiv modernizacii// Odnako, 2010. №10 (26).

[3] Thurnwald R. Die menschliche Gesellschaft in ihren ethno-soziologischen Grundlagen, 5 B. Berlin: de Gruyter, 1931-1934.

[4] Dugin A. The sociology of the imaginary. The introduction into the structural sociology. M., 2010

[5] Ibid.

[6] Huntington Samuel P. The Clash of Civilizations and the Remaking of the World Order. New York: Simon and Schuster, 1996.

[7] Dugin A. Martin Heidegger and philosopgiya drugogo nachala. M.,

[8] Heidegger called globalism with the term “Planeter Idiotism”having in mind the original Greek meaning of the word ιδιοτες that implies a polis inhabitant deprived of civil identity, i.e., of affiliation to a phyle, caste, trade, cult, etc. See Dugin A. Martin Heidegger and philosopgiya drugogo nachala. Op. cit.

[9] Evola J. Cavalcare la tigre. R, 2001.

[10] Schmitt С. Die planetarische Spannung zwischen Ost und West (1959)/Schmittiana — III von prof. Piet Tommissen. Brussel, 1991.

[11] Michael Hardt and Antonio Negri, Empire, Harvard University Press,

[12] Dugin A. The sociology of the imaginary. The introduction into the structural sociology. M., 2010.

[13] Ramonet I. Géo-politique du chaos. Paris: Galilée, 1997; Idem. Guerres du xxie siècle — Peurs et menaces nouvelles. Paris: Galilée,

[14] Mann St. R. Chaos Theory and Strategic Thought//Parameters. 1992. Autumn. № 55.

[15] Dugin A. Martin Heidegger and the possibilty of the Russian Philosophy. Op. cit.

(Traducción Libertad Garay)


domingo, 15 de septiembre de 2024

EDMUNDO GONZÁLEZ URRUTIA Y SU SINIESTRO PASADO CON LA CIA

Andrea Vicario

Nueva Tribuna, 09/09/2024

Algunas informaciones apuntan al “pasado sanguinario” del excandidato venezolano durante la guerra civil salvadoreña en la década de los ochenta.

Edmundo González Urrutia ya se encuentra en España. El excandidato venezolano de la ultraderecha llegó este domingo a la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) en un avión de las Fuerzas Aéreas Españolas.

Según el comunicado emitido por el Ministerio de Exteriores español, González viajó acompañado de su esposa y por el secretario de Estado de Asuntos Exteriores y Globales, Diego Martínez Belío, y fue recibido por la secretaria de Estado para Iberoamérica y el Caribe y el Español en el Mundo, Susana Sumelzo.

A partir de ahora, comenzarán los trámites para la petición del asilo “cuya resolución será favorable en aras del compromiso de España con los derechos políticos y la integridad física de todos los venezolanos y venezolanas, especialmente de los líderes políticos”, señala el departamento que dirige José Manuel Albares.

Exteriores niega que haya habido una negociación con el Gobierno de Nicolás Maduro tal y como ha sostenido en las últimas horas la vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, que asegura que la salida del opositor estuvo precedida de contactos entre las autoridades venezolanas y españolas. La dirigente venezolana añadió que Caracas, conforme al derecho internacional, "ha otorgado el certificado de seguridad necesario para la salida de González de Venezuela en aras de la tranquilidad y la paz política del país".

El "pasado sanguinario" del opositor venezolano

Pero, ¿quién es Edmundo González Urrutia? Algunas informaciones apuntan al “pasado sanguinario” del opositor venezolano y su vinculación con la CIA.

Según los portales Cubaperiodistas e Insurgentes sobre la base del testimonio de un sacerdote colombiano, González Urrutia participó activamente en la guerra civil salvadoreña en la década de los ochenta.

Por aquel entonces, fue captado por la CIA “para que construyera grupos paramilitares y escuadrones de la muerte”, siendo funcionario de la de la embajada venezolana en San Salvador, cuándo Leopoldo Castillo era el embajador de Venezuela en ese país: “desde esa Embajada se desataron escuadrones de la muerte en contra de religiosos, niños y dirigentes sociales”, señala esta información.

Se detalla que González Urrutia se convirtió en un hombre de la entrera confianza de los EEUU participando con financiación y logística en la creación del ‘Batallón Atlacatl’ de las fuerzas armadas salvadoreñas y “de todos los grupos paramilitares sanguinarios, despiadados, en contra de la población salvadoreña”.

Se le atribuye la participación activa “en la masacre de civiles inocentes” y en las persecuciones que se llevaron a cabo contra maestros y líderes comunitarios, algunos con resultado de muerte. Crímenes de lesa humanidad -denuncian- como el asesinato de la comunidad del Mozote, durante un operativo de contrainsurgencia realizado por el batallón Atlactl los días 9, 10, 11 y 12 de diciembre de 1981 en varias aldeas. Entre las víctimas (unas 900) había niños, ancianos, amas de casa y la mayoría campesinos de esas comunidades.

A ello se une -en base siempre a la información aportada por ambos portales-, el asesinato en marzo de 1980 del religioso Monseñor Óscar Arnulfo Romero cuando oficiaba una misa.

“Todos esos años de guerra civil salvadoreña fueron años de terror dirigidos desde la oficina de la embajada Venezolana en San Salvador de la mano de Edmundo González Urrutia”, afirman.

El 16 de noviembre de 1989, escuadrones de la muerte y grupos paramilitares entraron al Campus de la Universidad (UCA) para asesinar a seis sacerdotes de la compañía de Jesús y dos empleadas domésticas, “todos ellos fueron obligados a colocarse boca abajo para asesinarlos brutalmente”.

El tiempo en el que González Urrutia fue primer secretario de la Embajada de Venezuela en El Salvador coincidió con la época de los “Escuadrones de la Muerte” que asesinaron a más de 13 mil personas.

Información en base al testimonio de un sacerdote colombiano recogida por los portales de  Cubaperiodistas e Insurgente.

RUSIA, CHINA Y LA ASEAN TEJEN SU MAGIA ORIENTAL

 Pepe Escobar

Geopolitika.ru, 13/09/2024

En la sesión plenaria del Foro Económico Oriental celebrada en Vladivostok la semana pasada ocurrió algo bastante extraordinario, muy en sintonía con el tema principal del foro: "Extremo Oriente 2030. Combinar fuerzas para crear un nuevo potencial».

Compartieron escenario el Presidente Putin; el Vicepresidente de China, Han Zheng; y el Primer Ministro de Malasia, Anwar Ibrahim.

Esto se traduce como Rusia-China-ASEAN: una asociación clave entrelazada, en constante fortalecimiento, en el camino de explorar todo el potencial hacia un mundo nuevo, equitativo, justo y multinodal (la cursiva es mía).

En su discurso, el Presidente Putin se centró en el que posiblemente sea el proyecto de desarrollo nacional más ambicioso del siglo XXI: la Conquista rusa del Este, una imagen especular de la Conquista china del Oeste que comenzó en serio en 1999, a través de la campaña «Go West».

Putin detalló el rápido desarrollo del Extremo Oriente ruso, con más de 3.500 proyectos tecnoindustriales. Se explayó sobre la Ruta Marítima Septentrional (NSR, en inglés) -los chinos la llaman la Ruta de la Seda del Ártico-, con la construcción de nuevos rompehielos nucleares y el desarrollo del puerto de Murmansk incluidos. El volumen de negocios de la NSR, señaló Putin, es ya un récord cinco veces mayor, y subiendo, en comparación con los tiempos de la URSS.

Todas las cifras relativas al Extremo Oriente y al Ártico son asombrosas. Extremo Oriente es una macrorregión estratégica que ocupa nada menos que el 41% del territorio de la Federación Rusa. El Ártico, un inmenso tesoro de recursos naturales, vinculado al potencial del NSR, ocupa el 28% - representa el 17% de la producción rusa de petróleo, el 83% de la de gas y alberga inmensos yacimientos de oro, carbón, níquel, cobre, cobalto, metales del grupo del platino y diamantes.

Así que no es de extrañar que el recurrente sueño colonialista occidental de atacar, desmembrar y saquear Rusia -cuya última iteración es la obsesión por infligir una «derrota estratégica» a Rusia en Ucrania- esté directamente vinculado al acaparamiento y explotación de las infinitas riquezas del Extremo Oriente/Artico.

Putin describió una vez más cómo ambas regiones son «el futuro de Rusia» y una prioridad federal para todo el siglo XXI: de hecho, una cuestión de seguridad nacional. El crecimiento de la inversión en capital inicial ya ha aumentado un 20%, el doble de la media rusa; y cada rublo de financiación estatal se ve correspondido por 34 rublos de inversión privada. Los sectores clave son la energía, la petroquímica, la minería, la madera, la logística, la construcción aeronáutica, naval y de maquinaria, la agricultura y la pesca.

Anwar: «¿Dónde está la humanidad?»

El malayo Anwar, orador de primera clase, se explayó sobre la ASEAN como encrucijada de Asia-Pacífico y tejió un elegante análisis del poder blando, completado con literatura rusa (es la primera vez que visita suelo ruso), destacando las aportaciones en el «tejido mismo de la historia y el pensamiento humanos» y cómo Rusia está «señalando los límites de lo posible».

Paralelamente, elogió el auge del Sur Global (40% del PIB mundial, más del 85% de la población); el atractivo de los BRICS (Malasia solicitó oficialmente entrar en BRICS+); y cómo Rusia debería atraer cada vez más «inversiones de naciones de mayoría musulmana». Jugando con la vibrante cultura de su tierra, reiteró, con una sonrisa, el lema nacional: «Malasia, verdaderamente Asia».

Anwar tocó especialmente la fibra sensible del público empresarial y tecnócrata al comentar la tragedia de Gaza. Dijo que siempre pregunta a sus colegas, «incluso en Occidente», dónde está «la humanidad»; cómo se atreven a «hablar de justicia»; y cómo se atreven a predicar «derechos humanos y democracia».

El vicepresidente Han Zheng hizo hincapié en las recientes reuniones de alto nivel celebradas en Pekín y Astana para reforzar la asociación estratégica Rusia-China; el creciente volumen de negocios comerciales; el estatus de China como principal socio comercial e inversor en el Extremo Oriente ruso; el impulso a la modernización de las estructuras transfronterizas; y la Iniciativa de Seguridad Global del presidente Xi, que es como una especie de versión más ambiciosa del concepto ruso de Gran Asociación Euroasiática.

Han Zheng dejó bastante claro cómo China se toma en serio un nuevo formato de seguridad global, para «combatir la mentalidad de la Guerra Fría». Y todo vuelve al concepto global chino para todo el siglo XXI: el intento de construir una «comunidad de futuro compartido para la humanidad».

Asia-Pacífico: Todo sobre tecnología y ciencia

En términos prácticos, el foro -al que asistieron 7.000 invitados de 75 naciones (muy pocos de Occidente)- cerró 258 acuerdos por un importante valor de 5,4 billones de rublos (más de 59.700 millones de dólares).

Al igual que el año pasado, una de las actividades más destacadas fue la exposición al aire libre, junto al mar, de la cultura, las costumbres, la gastronomía y la espectacular belleza natural de diversas regiones, de Primorsky a Sajalín, de Kamchatka a Saja/Yakutia, de Buriatia a Krasnoyarsk.

Todo ese poder blando se integra en el impulso geopolítico y geoeconómico hacia un crecimiento económico sostenible y sin pausas, desde el Este de Rusia a toda la región Asia-Pacífico; y se aborda, por ejemplo, en el diálogo empresarial ruso-ASEAN, en plena evolución.

El analista militar y de seguridad indonesio Connie Bakrie, también profesor de la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad Estatal de San Petersburgo, lo resumió todo: «Lo más importante para Asia-Pacífico es la tecnología y la ciencia (...) El Presidente Putin subrayó que Rusia desempeñará un papel muy importante en la construcción conjunta de la ciencia y la tecnología [en toda Asia], especialmente en el aspecto nuclear de la seguridad energética».

Varias sesiones repartidas por el foro fueron prodigios de integración. No siempre en un debate sobre los sistemas educativos de las economías de la APEC es posible tener a Evgeny Vlasov, vicerrector de la Universidad Federal del Lejano Oriente (FEFU) -en cuyo extenso y ultramoderno campus se celebra el foro- debatiendo con Yu Miaojie, rector de la Universidad de Liaoning, de primera clase, en Hong Kong.

En el llamado Polígono Oriental, el debate, al que asistió el principal asesor de Putin, Igor Levitin, versó sobre el desplazamiento de la geoeconomía hacia Asia-Pacífico, con el Lejano Oriente convirtiéndose en una puerta absolutamente clave para el comercio exterior.

En la sesión Rusia-ASEAN, en la que participó un ministro de la Unión Económica de Eurasia (EAEU), se habló de los cinco años transcurridos desde el inicio de la asociación estratégica Rusia-ASEAN, y de cómo Moscú considera Asia-Pacífico, y en particular la ASEAN, una prioridad absoluta.

En una sesión paralela se examinó la cooperación en la Gran Eurasia, centrada en el desarrollo de cadenas de producción que integren a la UEEA, la OCS y los BRICS.

Karin Kneissl, directora del Centro GORKI (Observatorio Geopolítico sobre Cuestiones Clave de Rusia) de la Universidad Estatal de San Petersburgo y ex ministra austriaca de Asuntos Exteriores, representó una vez más las (pocas) voces de cordura que quedan en Europa: subrayó cómo «el Estado de Derecho está desapareciendo en Europa» y cómo «la confianza en el sistema tradicional ha desaparecido».

De ahí la importancia del foro BRICS: «Lo que se necesita es una nueva base normativa».

Bajo el tema «Instrumentos de desarrollo soberano en el contexto de la desestabilización del orden mundial» se desarrolló un debate fascinante y oportuno, con la incisiva aportación de Albert Bakhtizin, director del Instituto Central de Economía y Matemáticas de la Academia Rusa de Ciencias.

Un grupo de científicos rusos, con aportaciones chinas, ha desarrollado un Índice de Fortaleza Nacional, que tiene en cuenta variables como el tamaño de la población, las reservas de recursos naturales, el poder militar, la fortaleza de la economía, la solidez del gobierno, las empresas y la sociedad a la hora de alcanzar los objetivos de desarrollo nacional. Se trata, por supuesto, de soberanía.

Estados civilización fríos, tranquilos y serenos

El debate multipolar fue uno de los momentos culminantes del foro.

El anfitrión, Alexander Dugin, fue categórico: Rusia es una nación del Pacífico. En el escenario se encontraban, entre otros, la incontenible Maria Zakharova; el embajador indio en Rusia, Vinay Kumar; el autor del concepto de civilización-estado, el profesor Zhang Weiwei, de la Universidad de Fudan; la analista indonesia Connie Bakrie; el ex Primer Ministro de Nepal, Madzav Kumar; el geopolítico francés de primera fila Aymeric Chauprade; además de varios académicos y analistas de la ASEAN entre el público.

El consenso fue que el «orden» internacional unilateral basado en «reglas» que el Occidente colectivo cambia a su antojo debería estar en vías de desaparición. Esto está directamente relacionado con el desplazamiento del centro de gravedad geopolítico a Asia-Pacífico.

El profesor Zhang Weiwei ofreció una explicación concisa de la vía china, basada en «tres estructuras». En cuanto a la estructura política, «China es ferozmente independiente. Y la ASEAN es constantemente autónoma, negándose a tomar partido». En cuanto a la estructura económica, la principal prioridad de Pekín es mejorar el nivel de vida de la población, o «el sustento de la población es lo primero».

La ASEAN, por su parte, es el mayor socio comercial de China. Por su estructura geográfica, «es muy vulnerable, a veces llamada los Balcanes de Asia». Pero brilla como modelo de integración.

En cuanto a la estructura cultural, el profesor Weiwei destacó «el modo asiático». Es decir, «podemos permitirnos estar de acuerdo en estar en desacuerdo». Así es como China «apoya la independencia de la ASEAN».

El Foro Económico Oriental demostró una vez más, con creces, cómo Rusia y una colección de Estados civilización asiáticos se mantienen fríos, tranquilos y serenos, avanzando resueltamente, incluso cuando una Totalen Krieg híbrida que puede escalar en un instante a una guerra nuclear está siendo librada por el Hegemón y sus vasallos contra Rusia y, en última instancia, contra los BRICS.

A pesar de que el Think Tankland estadounidense no deja de idear planes belicistas -el último es la creación de una «Esparta Ártica» de la OTAN para tratar de contener «el fin del excepcionalismo estadounidense» en el Alto Norte-, las nuevas conexiones socioeconómicas exploradas en el foro, y la consiguiente nueva estabilidad y capacidad de recuperación, son cambios de juego aún más importantes que las debacles militares y morales en Gaza y en el suelo negro de Novorossiya.

No es de extrañar que la plutocracia hegemónica y sus humildes vasallos echen espumarajos de odio sin paliativos al verse totalmente superados y burlados por Rusia, China, Asia y Eurasia, destinados finalmente a revolcarse en las cunetas de la irrelevancia.

Traducción al español para Geopolitika.ru

por el Dr. Enrique Refoyo

Fuente: https://sputnikglobe.com

MUNDO MULTIPOLAR Y POSMODERNISMO

Alexander Dugin Geopolitika.ru , 17/06/2017 1. El multipolarismo como una visión del futuro y de la tierra en la era posmoderna El multipola...